En la antigua Escandinavia los exiliados se llevaban las puertas de su casa; en algún caso las lanzaban al mar y abordaban en el lugar donde encallaban.
Luego de haber visitado Esquina (Corrientes) me lleve sus puertas para lanzarlas al espacio y emprender un nuevo viaje más allá del umbral...
Encuentra tu propia puerta y vive la libertad de traspasarla.
Bello, poético, simple, humilde, inspirador, buenísimo Raúl, una muestra de tu grandeza interior! Te felicito! Laura
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